martes, 9 de marzo de 2010

Cueva del Milodón, Chile

Dos años después de instalado en Puerto Consuelo el Capitán Eberhard emprendió un recorrido  por su estancia en el mes de febrero de 1895 en compañía de unos amigos. A pocos kilómetros encontraron una  caverna de grandes dimensiones: 30 metros de alto, 270 de largo y 170 de ancho.  Hermosas estalactitas colgaban de su techo y a poco andar se toparon con los restos de la piel de un animal enorme, que llevaron hasta las casas de la estancia, allí fue colgado de un árbol a la entrada, donde permaneció largo tiempo.

Un año después llegó a Puerto Consuelo el geólogo sueco Otto Nordenskjöld, quien formaba parte de una expedición de su país. Se interesó por el descubrimiento y visitó la cueva donde encontró más restos del animal.  Muchos científicos viajaron posteriormente al lugar para investigar. Se determinó que el animal había vivido allí hace unos diez mil años, las condiciones de la caverna había permitido la buena conservación de la piel. Se le bautizó como Mylodón darwinii listai. La curiosidad por el hallazgo motivó todo tipo de aventuras, incluída una expedición organizada por el diario inglés Daily Express con el fin de ¡encontrar un milodón vivo!  No faltó el que quiso encontrar oro y por supuesto que se llevaron hasta las estalactitas de recuerdo.

En la actualidad el museo regional salesiano Maggiorino Borgatello está gestionando el regreso de los restos del Mylodón desde el British Museum

My personal English version

Two years after his settlement in Puerto Consuelo,  in February 1895, Captain Eberhard took a ride around his farm in company of some friends.  They found an astonishing cave of huge dimentions, 30 mtrs. height, 270 mtrs. lenght and 170 mtrs. wide.  It was and incredible vision, stalactites pending from the ceiling, and what was most amazing: the fur of a prehistoric animal, a huge bear, which they took along and hung on a tree at the entrance of the farm, were it stood for a long time.

A year after that, a Swedish expedition came to Patagonia and the geologist Otto Nordenskjöld visited the farm and became interested on the fur, he visited the cave and found more pieces of fur and even bones, which he took with him to Europe .  Many scientist travelled to the place after that to investigate in situ. The age of the rests was calculated by C.14 in 10.000 years approx. The dry conditions of the cave had permited a great conservation. The big bear was christened as Mylodon darwinii listai.

The curiosity soon grew and many travellers went down South to visit the cave, even an excursion was organized by the British Daily Express to find a live Mylodon!  Gold diggers and all sorts of adventurers have been visiting the zone since then. Bruce Chatwin payed a short visit and gave his particular interpretation in his book.

Actually the Regional Museum Maggiorino Borgatello  is trying to get back the rests of the Mylodon from the British Museum.

jueves, 25 de febrero de 2010

El Capitán Eberhard, Puerto Natales. Chile

El Capitán Hermann Eberhard  nació el 17 de febrero de 1852 en Ohlau, Silesia, Alemania.  Muy joven  se embarcó rumbo al Sur del Mundo, donde  navegó por largo tiempo en  los mares australes a cargo de una nave de la compañía alemana Kosmos, con base en las Islas Malvinas, los primeros años estuvo a cargo del correo entre las islas y luego comenzó a transportar ovejas desde las Islas Malvinas al Estrecho de Magallanes, donde varios pioneros europeos comenzaban a sentar las bases de  lo que luego sería la imponente ganadería bovina de la región.

Este es un jardín reciente cultivado en Puerto Consuelo. Un jardín en Patagonia es un trabajo arduo, si se fijan verán que detrás de los árboles se extiende la pampa desnuda, nada es casualidad, cada flor, cada arbolito requerirá de muchos años de dedicación. 

El Capitán Eberhard después transportar muchas ovejas ajenas, decidió que era hora de criar las propias, primero se instaló en la región de Santa Cruz, Argentina, posteriormente quiso explorar una zona casi desconocida hasta el momento en la misma latitud, pero por el lado chileno, muy cerca de Puerto Natales y las Torres del Paine.

Apoyado por cinco tripulantes,  en el año 1892 decidió recorrer en una chalupa de 22 pies los canales hasta encontrar un lugar apto para la ganadería donde sentar su estancia.  Inició la exploración en pleno invierno para así poder constatar las inclemencias  a las que  se vería expuesto una vez instalado. Los  pertrechos eran básicamente dos carpas, varios cueros de oveja que servirían de camas, sábanas, capas de cuero de guanaco para cada uno, carne enlatada de origen australiano, una caja de whisky y otra de ron.
El Capitán Eberhard llegó a este fiordo (Seno Eberhard) y  fundó aquí la estancia, que hasta el día de hoy lleva el nombre con que él la bautizara (Puerto Consuelo). Sentó  así las bases de lo que sería la posterior explotación ganadera de la zona de Última Esperanza.



Villa Luisa: El antiguo jardín donde estuvo la primera casa construída por el Capitán.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cambios irreversibles

La memoria nos juega malas pasadas y la realidad también.  Después de muchos años de ausencia volví  para encontrar que no todo estaba igual. Internamente me decía que la nostalgia me había hecho recrear imágenes ideales en mi cabeza, pero conversando con aquellos que nunca se fueron pude comprender que mi memoria no había cambiado nada, era el ser humano el que estaba cambiando y a veces destruyendo la querida Patagonia.

Sé que no les estoy contando nada nuevo, pero no está de más insistir en la necesidad de cuidar el planeta. Nadie sabe muy bien cómo hacerlo, pero empezar por respetar los avisos que nos están dando  aquellos que se han dado el trabajo de investigar antes que nosotros. Y cuando el letrero diga "no pasar", por favor, no pasemos y donde dice no tirar basura, por favor, no tiremos basura, es tan simple como eso.

Estas hermosas margaritas  vinieron de muy lejos, lo mismo que los tréboles y otros pastos que se encuentran hoy en el Parque Nacional Torres del Paine.  Cerca del 25% de las especies vegetales son exógenas, muchas de ellas son invasivas, algunas semillas  llegaron hace tiempo en el forraje para los animales de la zona pero hay muchas otras semillas que  han llegado en las mochilas, los zapatos y la ropa de los turistas, la mayor parte de Europa.  El problema con estas especies invasivas es que cambian los patrones ecológicos y desplazan a las especies nativas.  Muchas no son nocivas, pero su presencia desestabiliza el suelo, impidiendo el crecimiento de las especies patagónicas.

La recomendación es que si usted va a venir a recorrer la Patagonia tenga el cuidado de limpiar bien sus pertenencias antes de viajar de modo de no traer semillas innecesarias que terminarían por borrar el paisaje patagónico  para transformarlo en algo muy parecido al paisaje de su tierra natal.


EL Glaciar Serrano se encuentra muy cerca de Puerto Natales y las Torres del Paine. Les aseguro haberlo visto llegar al mar, ahora es casi pura roca desnuda, un signo evidente del cambio climático. Esta imagen me impactó con la certeza de que hay cosas que ya no volverán a ser nunca iguales en nuestro mundo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Recuerdos familiares, Puerto Aysén , Chile

Poco le habrá costado a  Víctor Schwartz acostumbrarse a estos paisajes, tan similares a los de su Suecia natal.  El verde de los bosques en verano resulta casi una agresión a la vista del viajero y las montañas parecen querer abrazarnos en un gesto que confunde, hay en ellas una carga de agresividad que se mezcla con su aspecto protector.  Viniendo desde el desierto, a donde el espíritu aventurero del padre las había llevado, sin duda la llegada al seno de Aysén debió ser una verdadera fiesta para las niñas.

Al descender del barco habrán cargado el equipaje en una carreta, o quizás remontaron el río Simpson para llegar al kilómetro dieciocho del camino a Coyhaique, donde se encontraba el predio comprado por el padre.

Rosa solía describir con detalle aquellos recuerdos que marcaron su vida de manera permanente, los años vividos en Aysén tenían un sabor especial en su relato, era la nostalgia de lo irrepetible.  Llevaba en la frente, como una insignia, la  cicatriz que se hiciera al caer del techo donde jugaba con su hermana, la afilada piedra la marcó de por vida.  Pero no todo era juego en la vida de esas niñas, así como aprendieron a montar a caballo, también debieron saber carnear un animal, salar los jamones, batir la mantequilla, darle punto a las mermeladas, reparar un techo o coser un vestido. 
Doña Jacobina supo  repartirse con paciencia entre el cuidado de sus hijas y el de esos otros niños a los que obstinadamente enseñó a leer y escribir en el galpón donde vivieron mientras se construía la casa. 


Mientras Jacobina impartía sus clases a los niños más pequeños de los alrededores, Víctor se  concentraba en la marcha del aserradero, sostenido por la copiosa producción del ciprés de las Guaitecas, árbol tenaz, de madera resistente como pocas y que ha sido el sustento de generaciones de pioneros en la vertiente occidental  de los Andes patagónicos.

Los vecinos no daban crédito a sus ojos: ¡El sueco estaba loco de remate! Nadie había hecho una casa semejante en esos confines: tres pisos, para empezar; ventanas cuadriculadas, que un maestro carpintero armó con desconfianza; vigas a la vista en el comedor; la escalera con un pasamanos deslumbrante que llevaba al segundo piso, donde se construyeron cuatro habitaciones, una para cada miembro de la familia.



Años más tarde Jacobina enfermó y Víctor  vendió la casa para viajar a Santiago en busca de un tratamiento que no salvaría la vida de su esposa. Nunca volvieron.

Rosa ya ha muerto, pero con las señas que nos fue dando en sus relatos pudimos llegar. Sesenta años más tarde, encontramos la casa, los nuevos dueños la han transformado en un acogedor Lodge de pesca. Después de un largo tiempo de abandono, sólo se necesitó barniz, pintura y buen gusto para recuperar la construcción, el ciprés de las Guaitecas ha resistido muy bien el paso del tiempo.  Los árboles han crecido, pero son los mismos que plantara Jacobina los que todavía cada verano entregan abundantes frutos, el galpón que una vez fuera la improvisada escuela ahora sirve de cobertizo para las máquinas y el techo donde jugaban las niñas aún sigue en pie.

viernes, 9 de octubre de 2009

PERITO MORENO, Argentina

El Glaciar PERITO MORENO lleva ese nombre en honor a Francisco P. Moreno.  Este glaciar tiene la particularidad de poder ser apreciado a muy corta distancia accediendo por un camino asfaltado distante a ochenta kilómetros de la localidad de El Calafate, a donde se puede llegar directamente en avión o bien por tierra. Hay también en la Patagonia una ciudad con el nombre de PERITO MORENO varios cientos de kilómetros más al Norte del Glaciar.


Francisco Pascasio Moreno era el nombre del PERITO MORENO, quien nació en Buenos Aires el 31 de Mayo de 1852. Perito cartógrafo que recorrió la Patagonia a fines del siglo XIX, buscando las huellas de Darwin.  A los 21 años viajó por primera vez a Carmen de Patagones, en 1874 llegaría a la desembocadura del Río Santa Cruz, en 1875 será el primer argentino en remontar el Río Negro para  llegar al lago Nahuel Huapi y finalmente en 1876 hará su viaje triunfal remontando el Río Santa Cruz, siguiendo la ruta de Darwin y su expedición.  Después de meses de arduos trabajos, privaciones y peligros permanentes logró llegar a las nacientes cordilleranas, donde bautizó los lagos Argentino, San Martín y Viedma.

Al Perito Moreno lo movían la inquietud de la aventura, la curiosidad científica y un  inmenso amor a su patria, soñaba con una  Patagonia pujante y creadora de riquezas para su país.

Desde su primer viaje comenzó a recolectar fósiles , vestigios de los primeros pobladores de la Patagonia, creando así un museo que junto con su biblioteca fueron el germen de lo que hoy se conoce como el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, del que fuera su primer director.


En 1897 fue nombrado Perito argentino en la cuestión de límites suscitada con la República de Chile y en calidad de tal viajó a Londres, donde la corona Británica laudó en ese largo conflicto, luego viajó nuevamente al sur para controlar la colocación de los hitos fronterizos.

En 1903 el Perito Moreno donó a la Nación Argentina las tierras aledañas al lago  Nahuel Huapi, que había recibido en reconocimiento a su trabajo, con el fin de crear así lo que fuera el Primer Parque Nacional de Argentina.

Nuestro Perito Moreno murió el 22 de noviembre de 1919, pobre y olvidado. Sus restos descansan en una hermosa isla en el Lago Nahuel Huapi, todas las embarcaciones que surcan el lago y se acercan a la isla se detienen unos minutos a rendirle homenaje con sus bocinas a este gran hombre.


En esta isla en el lago Nahuel Huapi está enterrado el Perito Moreno

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La Goleta Ancud, Chile


El 22 de mayo de 1843 zarpó del Puerto de Ancud, en la Isla de Chiloé una goleta con la misión de tomar posesión del Estrecho de Magallanes en nombre de Chile.  La Goleta Ancud llevaba  22 tripulantes, entre ellos, dos mujeres y un naturalista prusiano de nombre Bernardo Philippi. Al mando iba el capitán Juan Williams. Llevaban víveres para siete meses y como único instrumento de navegación una brújula. El casco de la Goleta Ancud era de madera, tenía dos mástiles y desplazaba 27 toneladas,  tenía  15,84 mts. de eslora y 3,80 mts. de manga: Había sido construída por manos chilotas, chilotes la tripularon y fueron ellos los primeros chilenos en poblar las desoladas orillas del Estrecho de Magallanes.  
Surcaron estos mares en pleno invierno, no hubo sol como el que alumbra estas fotografías que los entibiara. En Curaco de Vélez, se les unió un cazador de chungungos (nutrias), Carlos Miller, quien oficiaría de práctico de canales.  La Goleta llevaba dos chalupas, una de las cuales se perdió cerca del Archipiélago de las Guaitecas. Recalaron entonces en un lugar llamado Puerto Americano, donde encontraron dos naves estadounidenses dedicadas a la caza de lobos marinos.  El comandante de una de las naves les permitió copiar las cartas naúticas levantadas por  el Capitán Robert  Fitz Roy en las dos expediciones hidrográficas  realizadas en el H.M.S. Beagle (la primera fue de 1826 a 1830 y la segunda -en la que se embarcara Charles Darwin- fue de 1831 a 1836). Aquí se les unió un lobero de nombre Juan Yate, quien los guiaría en el cruce del Canal Moraleda.  
Una avería en el timón y una grieta a estribor fueron parte de los problemas que tuvieron que enfrentar. Un grupo volvió a Ancud para reparar el timón y buscar más víveres. Finalmente levaron anclas el 2 de agosto para llegar al Estrecho de Magallanes el día 21 de Septiembre, cuando comienza la primavera en el hemisferio Sur, sin embargo a 51 grados de Latitud Sur, la primavera significa nieve en abundancia, vientos huracanados y mucho frío.
Me ha costado mucho escribir esta nota: se sabe que los Teros no tenemos fronteras que nos limiten o nos separen de nadie, no nos gusta que los mares ríos y montañas tengan dueños o banderas por las que mueran seres humanos, pero queríamos consignar aquí esta increíble hazaña de esa maravillosa gente de mar que son los chilotes, la Patagonia sabe de sus luchas, de sus pesares y su tezón. Los encontrarán en Comodoro Rivadavia, en Neuquén, en Río Gallegos, en San Sebastián, en Puerto Natales, en Caleta Tortel, en Calafate o en Río Turbio: la Patagonia entera los conoce, ellos han hecho de ella su gran hogar, buscando lo que su Isla no ha podido darles.

lunes, 31 de agosto de 2009

Tierra del Fuego, Argentina, Chile

Allí estaba cada mañana como una gran ballena inerte detrás de las nubes la Isla de Tierra del Fuego. Tal como la vieron Hernando de Magallanes y sus hombres y luego tantos otros navegantes, piratas, guerreros y balleneros.

Finalmente cruzamos en "la barcaza" a conocerla.  Aún en pleno verano el viento que corre de Océano a Océano hiela la piel y los huesos.  Con mucha suerte el mar estará calmo,  nada es predecible en el terreno de la meteorología  patagónica.

Hace quinientos años recorrían la Isla sus primeros habitantes, los Selk'nam y los Haush.  Es probable que aquellos hombres hayan encendido grandes fogatas que se vieran a la distancia, las que dieron lugar al nombre con que Magallanes bautizara la enorme Isla.

Sin embargo hasta el día de hoy si uno se desplaza por la Isla de noche verá a lo lejos el refulgir conmovedor de gigantescas fogatas producto de la quema de gas natural.